Llegué a Marruecos de la mano de Alberto Pascual hace más de 12 años, y he repetido la experiencia casi todos los años. En aquella época montaba en moto, y Alberto supo despertar en mí la pasión por esos lugares que tan bien conoce, haciendo que cada día sea distinto del anterior; un día piedras, otro pistas, otro dunas, montañas, y un sin fin de terrenos y lugares, esa sombra bajo un árbol en mitad del desierto para descansar… Un compañero de viaje que nunca te abandonará, y siempre solucionará cualquier imprevisto, haciendo de ese momento una anécdota más.

Diez años después, ya en 4×4, he hecho partícipe a mi hijo de esa gran experiencia y ese gran compañero de viaje. Gracias, Alberto, por cada momento disfrutado a tu lado, en Marruecos, año tras año.